La labor docente la entendemos como:
Estímulo potente del motor interior de los niños:
Apoyo, guía, referencia para los
niños:
La educación es una maravillosa aventura que nace en el interior de la persona hacia su entorno.
Nuestros docentes deben ser los facilitadores de ese gran viaje, capaces de sacar a la luz las capacidades potenciales de cada niño, entendiendo que el proceso de desarrollo por el que está pasando cada niño,
es distinto, aún en niños del mismo grupo de edad.
La educadora
permite al niño resolver problemas por sí mismo, ayudándole a encontrar los
diferentes caminos o alternativas pero sin interceder en el proceso de
aprendizaje.
Esta es una forma de fomentar la creatividad en las generaciones
del mañana. Necesitamos personas seguras de sí mismas, capaces de enfrentarse a
tiempos difíciles.